A Poc y a mí nos gusta sentarnos en el viejo tocón y observar a los pájaros volar a gran velocidad. Cuando estamos hartos, tomamos el camino hacia el prado amarillo para escuchar a nuestro pájaro favorito, el mirlo. Pero hoy no está aquí. Lo buscamos por todas partes y finalmente lo encontramos en el sendero. Él estaba acostado, completamente tranquilo. Debía estar dormido. Así que nos sentamos en silencio y esperamos a que despertara...