Una princesa caprichosa, protagonista de este poema, decide irse hasta el cielo a buscar una estrella para decorar un prendedor. Y Rubén Darío lo cuenta creando un poema musical delicado e ingenuo al que la ilustradora incorpora humor y cotidianidad. Una poesía fácil de retener por su rima consonante, que han repetido generaciones de niños y que conserva toda la gracia del modernismo.
Una princesa valiente se enamora de una estrella del alto cielo. Con una enorme tijera y una lancha de motor, sale a buscarla. Pero Margarita ha olvidado algo importante: el consentimiento de su padre. El clásico poema del nicaragüense Rubén Darío se complementa con finas ilustraciones que muestran los paisajes nocturnos de la costa caribeña.