Lu recibió un extraño regalo: un pingüino que no decía nada. No pronunciaba ni una sola palabra ni soltaba una risa ni emitía un sonido. Por muchos esfuerzos que hacía Lu, su pingüino no le contestaba ni reaccionaba a sus insistentes demandas. Un canto a la tolerancia y la aceptación de los que son diferentes a uno o se expresan a su modo. Un gesto de solidaridad y cariño vale más que mil palabras.